En la actualidad adquirir una propiedad se considera una inversión que de mediano a largo plazo puede retribuir positivamente a los propietarios y su descendencia, debemos tener en cuenta importantes factores que afectan positivamente a un bien inmueble como la ubicación, puntos de acceso, mejoras, topografía, los vecinos entre otros; por otro lado factores que podrían afectar negativamente son la falta de mantenimiento, desastres naturales, vicios ocultos, cambios en la organización vial y la depreciación.
Se han conocido diversos casos sobre todo en herencias de terrenos, cuando la familia decide construir un “Elefante Blanco” elevándose sobre los tejados y sobresaliendo por sobre todas las casas de la localidad, generalmente pensando en una familia en posible crecimiento y optimizando recursos económicos al “ahorrarse” el terreno.
Las empresas valuadoras certificadas se rigen por normas expedidas por la SIBOIF (Superintendencia de Bancos y otras Instituciones Financieras), específicamente cuando se desea vender la propiedad por medio de un crédito hipotecario. Los peritos valuadores deben presentarse a la propiedad y recolectar una serie de datos (medidas de la construcción, medidas del terreno, nivel de conservación, detalles constructivos, accesos a la propiedad, nivel de población cercana; también como requisito de las instituciones regulatorias solicitará la escritura de compraventa de la propiedad para incorporarla en el informe que culminará en un avalúo comercial o en un avalúo para la generación de un crédito hipotecario.
Generalmente se ha considerado la parte medular la sección de los valores: Valor de reposición, valor de reposición nuevo, valor de mercado y valor de realización, sin embargo es recomendable revisar cada parte del avalúo, por ejemplo las comparaciones de construcciones y terrenos similares considerados por el perito valuador quien también mediante un análisis de costos tendrá en cuenta la depreciación de los materiales con los que fue construida la propiedad, el estado de conservación y calidad de materiales, la accesibilidad a servicios públicos, la ubicación, el uso o destino actual, el crecimiento de la población, la vecindad o el entorno, y cualquier otro aspecto que se considere necesario tomar en cuenta para el avalúo.
Con el valor de mercado los propietarios pueden tener una idea del precio actual de la propiedad, y en el caso de compras con fondos propios será muy útil para empezar una negociación; sin embargo cuando la transacción la realizará una institución bancaria mediante hipoteca, se tendrá en cuenta el valor de realización que es conocido como venta rápida, en donde en algunos casos se sorprende al propietario con cálculos esperados de un 15 a 20 por ciento menos que le valor de mercado, y también complicando al posible comprador ya que el préstamo será sobre el ochenta del valor de realización.
Se recomienda actualizar cada cinco años los avalúos de un bien inmueble para analizar las tendencias del mercado en la zona, y sobre todo consultar mediante asesoría profesional de corredores de bienes raíces los precios de venta de propiedades cercanas en los últimos meses, para conseguir el mejor precio posible en un corto período de tiempo.
.
Deja un comentario